Estudiamos tu caso, te ofrecemos la mejor solución
Una correduría de seguros se debe caracterizar por su independencia, es decir, por la inexistencia de vinculación con cualquier compañía de seguros. Ello le permite garantizar objetividad, la mejor relación calidad-precio posible y una correcta defensa del asegurado ante un siniestro. Este es un factor diferencial respecto a las agencias exclusivas y a los operadores banca-seguros exclusivos que, sencillamente, por tener una relación de dependencia con la compañía, solo tienen un producto que pueden ofrecer; careciendo de ese “análisis objetivo” que la correduría realiza a sus asegurados. Lo mismo sucede al contratar directamente con las compañías de seguros.
No solo eso, al mismo tiempo que se disfruta de esas ventajas cualitativas de asesoramiento, el precio ofertado por la correduría es mejor que el que se podría alcanzar acudiendo de manera directa a las compañías aseguradoras. El motivo es simple: al vender un volumen de pólizas elevado, la compañía habilita a esas corredurías a realizar descuentos comerciales, pudiendo llegar hasta el 50% en algunos casos.
Pero, principalmente, lo que debe ofrecer una correduría es un buen servicio post-venta. A la hora de producirse un siniestro, es cuando realmente se aprecia la contratación de una póliza de garantías, y cuando se debe hacer valer la confianza que el cliente deposita en la correduría. Por ello, disponemos de un departamento de siniestros profesional y cualificado, para ofrecerle la tranquilidad de que su siniestro va a ser bien gestionado.
¿Es esto posible en una póliza contratada directamente con una compañía o con una “línea directa”? Si son ellos quienes van a tener que pagarles de su propio bolsillo, ¿qué interés pueden tener en una buena gestión del siniestro, para indemnizar de manera rápida y eficaz?
Gracias al estudio integral de necesidades, podemos identificar sus necesidades de aseguramiento, para que contrate solo aquello que realmente necesita. Solicite el suyo, sin compromiso.